En la mañana del 24 de febrero de
2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó a sus tropas bombardear e
invadir Ucrania, país vecino. Es la primera gran agresión de este tipo en
Europa desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y el fin de la
dictadura de los nazis en Alemania.
Nacimiento
de la URSS
Rusia es la nación más grande de la
tierra, un verdadero continente. Su territorio se extiende desde el centro de
Europa hasta el extremo de Asia. Durante buena parte del siglo XX, Rusia
existió dentro de un estado aún más grande que se llamó la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS). Ese estado nació cuando, después de la
Revolución de 1917, el Imperio de los zares de Rusia se deshizo y un número
importante de países surgieron de sus cenizas: Polonia, Estonia, Letonia o
Lituania, pero también otros como Ucrania y Georgia y, por supuesto, la república
de Rusia.
Rusia se convirtió en el primer Estado
socialista del mundo. Estaba dirigida por los bolcheviques, un partido
antiliberal y antidemocrático que, si bien inició algunas leyes progresistas e
innovadoras, controlaba la sociedad con una dictadura marcada por la violencia
y la imposición. Los bolcheviques querían crear una sociedad igualitaria, pero
para ello suprimieron las libertades ciudadanas y los derechos civiles.
Destruyeron así la primera democracia parlamentaria que se había creado en
Rusia.
Cuando la Rusia bolchevique se
consolidó, comenzaron a atacar a los países que la rodeaban. En unos pocos
años, Rusia invadió y recuperó muchos de los territorios que había perdido y
los incorporó a la URSS. Uno de ellos fue Ucrania, un territorio muy amplio del
que una parte quedó en manos de Polonia.
En la Edad Media había existido un
primer estado ucraniano, la Rus de Kiev, que también se considera el inicio de
Rusia. Cuando, en el siglo XVIII, Rusia se convirtió en un imperio, casi toda
Ucrania quedó en sus manos. La cultura y el idioma ucraniano fueron
menospreciados y perseguidos durante muchos años. A la lengua ucraniana se la
consideraba mero dialecto de la rusa, la cultura propia se veía como campesina,
pobre, poco sofisticada. Las élites culturales ucranianas lucharon por una
autonomía en el imperio y, cuando este se hundió tras la revolución, intentaron
crear un Estado independiente.
La reconquista del país por los
bolcheviques tuvo primero una cara amable: se permitió el florecimiento de la
cultura y la lengua. Pero luego la política se hizo muy restrictiva. Las
políticas de los bolcheviques llevaron al país a una gran hambruna, llamada
Holodomor, en la que murieron millones de ucranianos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los
nazis invadieron la URSS y provocaron una enorme destrucción en Ucrania,
asesinando a millones de personas, incluyendo a casi toda la población judía.
Ucrania fue uno de los escenarios del Holocausto. Una parte de los ucranianos
colaboró con los nazis para lograr su independencia, cometiendo muchos
crímenes. Otra parte luchó contra los invasores nazis y consiguió expulsarlos
del país, junto con el ejército de la URSS.
Con el tiempo, Ucrania dentro de la
URSS se recuperó y llegó a ser uno de los territorios más importantes de la
Unión. Tenía una gran industria y era considerada como el granero del país:
producía una gran cantidad de trigo y pan. Cuando en 1991, tras muchas
tensiones, la URSS se disolvió, los países que la componían se hicieron
independientes. Ucrania también votó, en un referéndum masivo, a favor de su
consolidación como Estado propio.
El
siglo XXI
El camino para la paz y la prosperidad
estaba aún lejos. Ucrania es un país muy grande, donde casi la mitad de la
población tiene como lengua materna el ruso y se sienten vinculados a Rusia.
Había mucha indecisión acerca del camino que tenía que tomar Ucrania: ir hacia
la Unión Europea y occidentalizarse o mantenerse bajo la influencia de Rusia.
Muchos ucranianos pensaban que era posible tener ambas cosas.
Aprovechando una crisis política en
Ucrania en 2014, con manifestaciones y violencia callejera, Vladimir Putin
ordenó a sus tropas invadir de forma anónima (sin uniforme) la península de
Crimea, que formaba parte de Ucrania. También impulsó levantamientos en dos
provincias fronterizas con Rusia (Donetsk y Lugansk), que convirtieron esa
parte del país en una zona de guerra durante muchos años. Los intentos de
acuerdo en la ciudad bielorrusa de Minsk no sirvieron de mucho.
Durante años la tensión entre los dos
países fue creciendo. Rusia acusó al gobierno ucraniano de ser ilegal y de
apoyarse en la ultraderecha. Hay que recordar que, paradójicamente, es Putin
quien se ha convertido en un modelo para la ultraderecha en Europa y el mundo.
Con el tiempo, Rusia incrementó la presión y llevó a sus ejércitos a la
frontera con Ucrania. Hasta este 24 de febrero, cuando se ha decidido a lanzar
sus tropas desde diversos puntos de la frontera, bombardeando ciudades,
aeropuertos y vías de comunicación.
¿Por qué Vladimir Putin no ha aceptado
el camino de independencia y soberanía de Ucrania? Para muchos rusos, Ucrania
sigue siendo un territorio muy ligado a ellos, algo que también piensan muchos
ucranianos. Pero los rusos también consideran a Ucrania un “hermano menor”. No
aceptan que los ucranianos puedan dirigir sus propios destinos y decidir lo que
quieren. Vladimir Putin y parte de los políticos rusos están acostumbrados a la
idea de ser un imperio. Para ellos, representa una humillación que Ucrania siga
su propio camino en la política internacional.The Conversation
José María Faraldo Jarillo,
Historiador, Universidad Complutense de Madrid
Este artículo fue publicado
originalmente en The Conversation. Lea el original.
Fuente: RPP.PE
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