Perú volvió este lunes a ser el país
con la mayor tasa de mortalidad del mundo por la COVID-19, luego de que el
Gobierno revisara al alza la cifra de fallecidos por la enfermedad y sumara más
de 111 000 nuevos decesos, casi triplicando el balance sobre el impacto del
coronavirus.
A fin de esclarecer el embate real de
la pandemia, el Ejecutivo peruano lanzó en abril un grupo de trabajo técnico,
que este lunes presentó un informe final en el que estableció que los decesos
por coronavirus en Perú alcanzaron los 180 764 desde marzo de 2020 hasta el
último 22 de mayo.
Esta cifra -muy por encima de las
cerca de 70 000 muertes registradas en el último reporte oficial del Gobierno-
posicionó de nuevo al país como líder de la tasa de mortalidad de COVID-19 en
el mundo, un récord que Perú ya ostentó en agosto del año pasado, durante la
primera ola de contagios.
En concreto, la tasa de mortalidad del
coronavirus en el país sudamericano se situó en 551 fallecidos por cada 100 000
habitantes, superando así la tasa de países como Hungría y República Checa, que
a principios de mayo encabezaban el ranking mundial, con unas tasas de 304 y
283 decesos por cada 100 000 habitantes, respectivamente.
La rectificación de las autoridades
llega luego de las recomendaciones del grupo de trabajo, conformado por
miembros de la sociedad civil y funcionarios del sector salud, que consideró
nuevos criterios para la identificación de casos de COVID-19 y creó una nueva
herramienta para el conteo de los mismos.
Hasta la fecha, el Gobierno elaboraba
un reporte diario de los fallecimientos por la pandemia que únicamente incluía
las defunciones de pacientes sintomáticos con prueba positiva al virus.
La subestimación de cifras era
evidente, y así lo mostraban los datos del Sistema Informático Nacional de
Defunciones (Sinadef) del Ministerio de Salud que, al registrar tanto los casos
confirmados como los sospechosos de COVID-19, pronto se convirtió en la
herramienta de mayor referencia para medir la evolución de la pandemia.
A la fecha, el Sinadef había reportado
aproximadamente 180 000 fallecidos en exceso desde el inicio de la pandemia,
atribuibles a la emergencia sanitaria.
Ahora, el comité técnico brindó al
Ejecutivo el Sinadef-Lab, una nueva herramienta para el conteo de casos que usa
la base de datos de Sinadef pero la enriquece con datos de laboratorio.
Además, al criterio virológico de
tener una prueba molecular reactiva para el SARS-CoV-2, los expertos sumaron
seis otros criterios, que incluyen pruebas serológicas y radiológicas
positivas, así como casos sospechosos con cuadros clínicos compatibles con la
enfermedad, entre otros.
Fue en base a la aplicación de esta
nueva metodología que el grupo de trabajo estimó que 180 764 era un número más
cercano a los decesos reales que provocó la COVID-19 en Perú, 89 884 de ellos
durante la primera ola de contagios y 90 880 en la todavía inconclusa segunda
ola.
¿UN
MODELO A SEGUIR?
Una vez presentado el informe, el
titular de la cartera de Salud, Óscar Ugarte, ratificó el compromiso del
Gobierno transitorio de Francisco Sagasti en asumir la "guía de acción
inmediata" recomendada por el comité de expertos, así como usar la nueva
metodología.
"A partir de mañana estaremos
incorporando la información alcanzada por el grupo de trabajo", dijo el
ministro, quien agregó que para ello se requiere de una resolución ministerial
que será aprobada este mismo lunes.
Asimismo, Ugarte manifestó la voluntad
del Ejecutivo de llevar esta nueva metodología ante la Organización Mundial de
la Salud (OMS) para que "los países integrantes de ella puedan enriquecer
su propia experiencia y esto sirva como un ejemplo a seguir".
El ministro insistió en que el informe
final del grupo técnico "no está diciendo que hay más muertos de los que
había" sino que "un número importante de fallecidos no eran
identificados como causados por la COVID-19".
"Esto se identifica como
actualización de la información y es lo que se va a continuar a partir de
mañana", concluyó.
(Con información de EFE)
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