La emergencia de variantes de la
Covid-19 preocupa tanto a los científicos como al gran público por el riesgo de
que sean más peligrosas que el virus detectado por primera vez a finales de
2019 en China.
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¿Cuántas variantes?
De momento, tres variantes se
consideran "preocupantes", según la denominación oficial de la OMS:
las detectadas primeramente en Inglaterra, en Sudáfrica y en Japón (pero en
viajeros procedentes de Brasil, de ahí su nombre común de "variante
brasileña").
Paralelamente, hay una segunda
categoría de "variantes de interés", cuyas características genéticas
potencialmente problemáticas obligan a vigilarlas. La OMS cita tres,
registradas inicialmente en Escocia, Estados Unidos y Brasil.
Pero circulan muchas otras, que la
comunidad científica trata de localizar y evaluar para eventualmente incluir en
alguna de las dos primeras categorías.
Todas estas variantes están
clasificadas por familias: según las mutaciones que han adquirido, ocupan un
lugar preciso en el árbol genealógico del virus de origen SARS-CoV-2.
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¿Cuáles son las consecuencias?
La aparición de variantes es un
proceso natural, ya que un virus va mutando con el tiempo para garantizar su
supervivencia.
"Más de 4.000 variantes del
SARS-CoV-2 han sido identificadas en todo el mundo", según los servicios
de sanidad británicos. Aunque "la mayoría no tiene ningún impacto en
términos de salud pública", subraya la OMS.
La clave está en el tipo de mutaciones
que adoptan.
Por ejemplo, las variantes inglesa,
sudafricana y brasileña comparten una mutación denominada N501Y que podría
convertirlas en más contagiosas.
Y las variantes sudafricana y
brasileña tienen otra mutación en común, la E484K, que reduciría la inmunidad
adquirida por una infección pasada --por tanto, con una posibilidad mayor de
reinfección--, o bien mediante una vacuna.
Los nombres oficiales de las variantes
son muy técnicos y no hay ninguna armonización internacional: por ejemplo, la
variante inglesa se llama 501Y.V1 o VOC202012/01 y pertenece a la familia
B.1.1.7.
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¿Más contagiosas?
Existe un consenso científico sobre el
hecho de que las tres variantes "preocupantes" son más contagiosas.
Pero este se basa solamente en datos
epidemiológicos: los científicos analizan la velocidad a la que se propagan y
deducen hasta qué punto son más contagiosas. Por lo tanto el resultado depende
también de otros factores, como las restricciones que se aplican en los
territorios analizados.
Por ejemplo, basándose en varios
estudios, la OMS juzga que la variante inglesa es entre 36% y 75% más
contagiosa.
Pero ¿por qué determinadas variantes
parecen ser más contagiosas?
"Hay varias hipótesis: puede que
la carga viral sea más elevada, que la variante penetre más fácilmente en las
células o que se multiplique más rápidamente" declara a la AFP Olivier
Schwartz, responsable de la unidad Virus e Inmunidad del Instituto Pasteur de
Francia.
Investigadores de la Universidad de
Harvard plantearon otra hipótesis para el caso de la variante inglesa: la
infección podría durar más que la del coronavirus clásico y por lo tanto
prolongar el periodo de contagiosidad de un individuo.
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¿Más peligrosas? -
Según un estudio publicado el 10 de
marzo en la revista médica BMJ, la variante inglesa es 64% más mortal: por cada
1.000 casos detectados, esta provoca 4,1 muertes, frente a 2,5 para el
coronavirus clásico.
Por otro lado, basándose en varios
estudios, la OMS estima que la variante sudafricana "aumenta un 20% el
riesgo de morir en el hospital".
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¿Cuál es la eficacia de las vacunas?
Varios estudios in vitro apuntan que
la variante inglesa apenas altera la eficacia de las vacunas, al contrario que
la brasileña y la sudafricana, debido a la mutación en común E484K.
Sin embargo, que se reduzca la
eficacia no significa que dejen de ser del todo efectivas.
Además, estas investigaciones se
centran solamente en la respuesta del organismo tras la vacunación, es decir,
en la producción de anticuerpos: "No evalúan otros tipos de inmunidad
potencial, como la actividad de los linfocitos T y B", la denominada
inmunidad celular, destaca el experto Anthony Fauci, que asesora al gobierno de
Estados Unidos, en un artículo publicado en la revista Jama.
Por su parte, los fabricantes trabajan
en el desarrollo de nuevas versiones de sus vacunas adaptadas a las variantes.
La farmacéutica estadounidense Moderna
anunció el 10 de marzo haber empezado a inocular vacunas de nueva generación a
los primeros pacientes, en el marco de un ensayo clínico para evaluar su
eficacia contra la variante sudafricana.
Esta adaptación es indispensable
puesto que "probablemente continuarán surgiendo variantes contra las
cuales las vacunas actuales podrían ser menos eficaces", previene el
Centro Europeo de Prevención y de Control de Enfermedades. (Con información de
AFP)
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