El epidemiólogo jefe de la Agencia de
Salud Pública de Suecia, Anders Tegnell, calificó este miércoles de
"terrible" y evitable la cantidad de muertos por COVID-19 en este
país y lamentó el alto número de fallecidos en asilos.
Suecia, con una estrategia más suave, ha
registrado 5.161 muertos, con una tasa de 50,30 por 100.000 habitantes, cinco
veces más que Dinamarca, nueve que Finlandia y diez que Noruega, aunque por
debajo de España, Italia Bélgica y Reino Unido.
"Las cifras de muertos en Suecia
son terribles y deberían poder haberse evitado. Eso ha sido lo peor de la
pandemia y la pregunta me sigue carcomiendo: ¿qué más podíamos haber
hecho?", dijo Tegnell en el popular programa "Verano en P1" de
la radio pública sueca.
Más del 90 % de los muertos por COVID-19
en Suecia son mayores de 70 años, y la mitad del total proceden de asilos,
mientras que un cuarto recibía atención domiciliaria.
"Creímos que nuestra sociedad
segregada por edad evitaría una situación como la de Italia, donde varias
generaciones viven a menudo juntas. Pero se demostró que estábamos muy
equivocados. La cifra de muertos subió de forma dramática", afirmó.
Tegnell apuntó a las deficiencias en la
atención geriátrica, de personal y de material, señaladas también por el
Gobierno rojiverde, en alusión a la política del anterior Ejecutivo de derecha.
Al igual que el resto de países
nórdicos, Suecia no apostó por el confinamiento, aunque se diferencia del resto
por inclinarse por muchas recomendaciones y algunas prohibiciones, manteniendo
abiertos por ejemplo bares, restaurantes y escuelas, aunque con restricciones.
SORPRESA
POR LAS MEDIDAS RESTRICTIVAS DE OTROS PAÍSES
El objetivo era reducir los efectos del
virus y proteger a los grupos de riesgo, siguiendo un "modelo
clásico" contra una pandemia, explica Tegnell, sorprendido por el giro
adoptado por muchos países.
"Fue como si el mundo se volviese
loco y que todo lo que habíamos discutido pareciese olvidado. País tras país
cerraron sus fronteras y sus sociedades completamente", afirmó.
Destacó asimismo que el virus es
"impredecible" y es difícil saber qué métodos tienen mejor efecto,
pero el aislamiento puede traer consecuencias negativas para la salud a medio y
largo plazo.
"Creo que aún no tenemos una buena
respuesta a qué podíamos haber hecho. Hay diferencias claras entre países, cómo
se registran los muertos, porcentaje de población anciana, cómo organizamos los
servicios geriátricos. Sacar conclusiones ahora puede llevar a muchas
respuestas erróneas", afirmó. EFE
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