Aunque fue descubierta hace tan solo cinco años, la
Montaña de Siete Colores o Arcoíris, que se ubica de camino al nevado Ausangate
(Cusco), recibe alrededor de mil turistas cada día.
Este monte a 5,200 metros sobre el nivel del mar se
ha vuelto una atracción imperdible para quienes disfrutan del ‘trekking’ y ha
impactado económicamente a la zona. Sin embargo, también ha despertado
preocupaciones por el posible daño al paisaje.
Las multitudes le han dado nueva vida a la economía
de la población que habita cerca de la montaña y han creado puestos de trabajo
para quienes viven allí, muchos de los cuales eran pastores de alpacas.
Alrededor de quinientos habitantes locales se
mudaron de regreso a esas tierras ancestrales, según la agencia Associated
Press, para desempeñarse como guías turísticos. Cobran unos 3 dólares por
persona, es decir, cerca de 400,000 dólares al año.
Sin embargo, puede que el auge turístico tenga un
costo muy alto. “Desde el punto de vista ecológico, están matando a la gallina
de los huevos de oro”, dijo la bióloga peruana Dina Farfán a la citada agencia.
De acuerdo a Farfán, ya se ven las muestras del
impacto ambiental. Un humedal cercano, que era refugio de patos salvajes
durante su migración, fue rellenado y convertido en un estacionamiento,
mientras que un sendero de cuatro kilómetros por el que se sube ha sido
erosionado.
En tanto, una compañía canadiense, Camino Minerals
firmó en 2015 un acuerdo de opción para comprar un proyecto de cobre y plata
cerca del área. La propiedad consta de tres concesiones mineras que abarcan
2,500 hectáreas y está situada a 150 kilómetros al sureste de la ciudad de
Cusco.
Cambio
climático
Santos Machacca, guía de montaña en la región de
Cusco, indicó a la agencia AP que puede que el descubrimiento reciente del
también conocido como Cerro Colorado haya sido debido al cambio climático.
“Les preguntamos a los mayores que viven en
Pitumarca (poblado cercano a Vinicunca) y dijeron que la montaña antes tenía
nieve”, dijo Machacca. “El calentamiento global causó que se derritiera el
hielo y la montaña colorida apareció debajo”.
El bloguero estadounidense John Widmer visitó
Vinicunca (Monta Arcoíris) en abril de 2017 y lamentó las consecuencias
medioambientales causadas por la cantidad de turistas, que han contribuido a
“la destrucción de este ambiente alpino frágil y hermoso”.
Él mismo reconoció: “Me apena que nosotros,
también, destruimos una parte de los Andres durante nuestra visita a la Montaña
Arcoíris”.
Fuente: RPP.PE
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