El ají de gallina está hecho a base de
papa y se caracteriza por tener un delicioso sabor. Es por ello que sobresale
entre los diferentes platillos que integran la gastronomía peruana. Además, es
una fusión de diferentes culturas y surge a partir de la conquista del Perú. En
ese contexto, te contamos cuál es la historia de este popular plato típico.
Esta comida típica no solo es agradable
para el paladar, también es nutritiva, ya que aporta proteínas y vitaminas. Y,
de hecho, la versión que se acostumbra preparar en los hogares del país ha
variado a lo largo de los años.
¿Cuál
es la historia del ají de gallina?
El ají de gallina es el resultado de la
unión de técnicas culinarias españolas e incaicas. Esta combinación de insumos
e ingredientes se dio tras la llegada de los españoles al Perú.
A mediados del siglo XVI, llegó a Lima
proveniente de Cataluña, España, el manjar blanco. En ese entonces, era
conocido así por ser un platillo dulce que contenía azúcar, pechuga de gallinas
cortada en trozos, almendras, nueces y arroz.
Con el pasar del tiempo, la población
que residía en el Perú retiró algunos insumos, como la azúcar y la almendra, y
los reemplazó por ají amarillo y pecanas. Así, este potaje adquirió un sabor
salado.
El ají amarillo también aportó el
característico color de este platillo. Actualmente, las familias también
acostumbran agregar otros ingredientes para obtener un mejor sabor. Por
ejemplo, algunas suelen remplazar la gallina por el pollo, ya que esta carne es
más suave.
También se acostumbra añadir huevos
sancochados en rodajas y aceituna. También se emplea el guiso de este platillo
para preparar entradas ligeras, como empanadas o tequeños de ají de gallina.
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