Estados Unidos ganó este viernes un
recurso ante el Tribunal de Apelación de Londres contra un fallo del pasado
enero que había denegado la extradición del activista de WikiLeaks Julian
Assange a ese país por riesgo de suicidio.
Los jueces de este tribunal han
concluido que el Gobierno estadounidense ha ofrecido suficientes garantías de
que Assange recibirá el trato adecuado para proteger su salud mental y dictaron
que puede ser extraditado.
El magistrado Timothy Holroyde indicó
que el caso será ahora devuelto a la jueza de primera instancia Vanessa
Baraitser -que el 4 de enero denegó la entrega- para que a su vez lo remita a
la ministra del Interior, Priti Patel, a fin de que ordene la extradición.
Holroyde dispuso además que Assange,
de 50 años, seguirá detenido en la cárcel de alta seguridad londinense de
Belmarsh, donde cumple prisión preventiva hasta que termine este proceso, que
aún puede ser recurrido por la defensa.
En el dictamen, firmado por Holroyde y
su colega Ian Burnett -que hoy no pudo estar presente en la breve vista-, los
jueces consideran que Baraitser, de la Corte de Magistrados de Westminster,
debió informar por adelantado a la Justicia estadounidense de que pensaba
bloquear la extradición a fin de que pudiera presentar ya entonces garantías
sobre el régimen penitenciario que se aplicaría al acusado.
En todo caso, las garantías que
Washington presentó posteriormente ante el Tribunal de Apelación "son
suficientes", señalan los magistrados, que rechazan las críticas de la
defensa.
Durante el juicio del 27 y el 28 de
octubre, el fiscal James Lewis, en representación de la Justicia estadounidense,
garantizó que, de ser extraditado, el periodista no será sometido a
"medidas administrativas especiales" (SAM, en inglés), como tener
vetadas las visitas o la correspondencia, ni antes del juicio ni si fuera
condenado, ni ingresaría en la cárcel ADX Florence - de súper máxima seguridad-
en Colorado, a no ser que -matizó- posteriormente hiciera algo para merecerlo.
Además, Washington promete que,
mientras estuviera bajo custodia, Assange recibiría el tratamiento psicológico
adecuado y, en caso de condena, podría cumplirla en su país natal de Australia.
Estados Unidos reclama al australiano
para juzgarle por 18 delitos de espionaje e intrusión informática tras las
revelaciones de su portal WikiLeaks, que, entre otras cosas, expuso abusos de
ese país en las guerras de Irak y Afganistán.
Según la defensa, las acusaciones, que
dice que pueden acarrear hasta 175 años de cárcel, están políticamente
motivadas y, si acaban en condena, sería un precedente catastrófico para la
libertad de prensa. EFE
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