Por: Enrique Patriau y César Romero
La renuncia al CEN y al Comité Político
del Partido Morado por parte de la congresista Carolina Lizárraga ha despertado
diversas lecturas, tanto dentro de la organización misma como en la bancada.
Desde un lado, se sostiene que el
interés de la exjueza sería electoral. Es decir, de acuerdo con esta lectura,
Lizárraga anunció su alejamiento de estos organismos partidarios como parte de
una estrategia destinada a promover una eventual candidatura presidencial.
Una dirigente del partido lo dijo de
esta forma: “Lo que concluyo por el tenor de la carta que mandó es que huele a
candidatura, algo de lo que se estaba hablando. Y está bien. Quizás ella sienta
que le puede ganar a Julio (Guzmán) porque él está disminuido, pero eso no va a
pasar. El trabajo de bases es fuerte y para que a uno lo acepten al inicio es
duro”.
Sin embargo, personas cercanas a
Lizárraga aseguraron “no verle ganas” de postular a la presidencia. En todo
caso, dijeron que dentro de la organización política “existe un celo hacia
ella”.
Todas las fuentes consultadas para este
artículo coincidieron en que su relación con Julio Guzmán ya no es la misma de
antes. Un punto de quiebre habría sido la posición que Lizárraga asumió frente
al incidente en que el excandidato presidencial se vio envuelto, con un
incendio de por medio.
“Lo han interpretado como una
deslealtad”, dijo una persona que trabaja con Lizárraga.
“Y tampoco le perdonan que en el
Congreso, (Lizárraga) haya votado diferente a la bancada en el tema de la ONP y
de la AFP”, relató la misma fuente.
De hecho, un legislador consultado –que
integra el grupo parlamentario del PM– indicó que, efectivamente, Lizárraga no
parece ser alguien que busque generar consensos sino que, quizás haciendo notar
su condición de exjueza, “apela mucho al voto singular”.
Es decir, prefiere muchas veces
diferenciarse del resto de sus compañeros.
El
asunto del WhatsApp
En toda esta historia no puede dejarse
de mencionar lo del ya famoso mensaje de WhatsApp que involucra a una persona
cercana a Lizárraga: su asesor Jaime Villanueva. Esta historia también es
motivo de fricción en la interna de la agrupación.
La versión que circula es que el abogado
Carlo Magno Salcedo (asesor del PM) hizo la captura de pantalla del mensaje con
la fiscal Rocío Sánchez para demostrar el nivel de sus contactos, según fuentes
del partido.
Con ese objetivo, compartió el mensaje
en un grupo de WhatsApp, integrado por un reducido grupo de la cúpula del
partido. Uno de los miembros de este grupo es precisamente Villanueva.
Según las fuentes, Villanueva tomó la
imagen y la compartió con fiscales que conoció durante su paso por el Ministerio
Público. ¿Quién lo filtró a la prensa? El mensaje llegó a un grupo de
periodistas, entre el 31 de agosto y el 1 de setiembre, con un texto crítico a
la labor de Rocío Sánchez. Los partidarios de Guzmán culpan a Villanueva. Él y
Lizárraga lo niegan, y acusan a Salcedo.
En este contexto enrarecido es que llegó
el anuncio de Lizárraga, que –la verdad sea dicha– nadie dentro del PM entiende
muy bien. La única que puede explicar las razones de su alejamiento de los
órganos directivos del partido es la propia interesada.
Un
asesor con un intenso pasado en la Fiscalía
Jaime Villanueva trabajó en el
Ministerio Público. Lo recuerdan como un profesional competente, aunque
desleal. En enero del 2015, el ex fiscal de la Nación Pablo Sánchez lo llevó
como secretario general de la Fiscalía de la Nación y luego pasó a ser el gerente
general de la Escuela del Ministerio Público.
Tras la elección de Pedro Chávarry como
fiscal de la Nación, Villanueva empezó a colaborar con él y le envió un mensaje
a Cristina Romanó, secretaria de Cooperación Judicial Internacional (SCI) del
Ministerio Público Federal del Brasil, pidiéndole una invitación para Chávarry.
Eso provocó el reclamo de Romanó, por lo que Sánchez lo despidió.
Villanueva fue clave para que el fiscal
superior Rafael Vela sea nombrado coordinador del Equipo Especial Lava Jato.
Fuente: LaRepublica.Pe
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