El comportamiento geográfico de la
infección es muy parecido al de los adultos. El Cercado tiene 231 casos de
niños entre 0 a 11 años, Paucarpata (189), Cerro Colorado (138), José Luis
Bustamante (173), Alto Selva Alegre etc. En Mollebaya, Pocsi, Polobaya,
Quequeña, San Juan de Siguas, Santa Isabel de Siguas y Yarabamba no se
reportaron casos positivos.
No desarrollan los síntomas pero sí
contagian silenciosamente. Así se presenta la enfermedad en la mayoría de
ellos.
De acuerdo a la jefa del Servicio de
Pediatría del hospital COVID-19 Honorio Delgado Espinoza de Arequipa, Amparo
Jaén Pacheco, los infectados no tuvieron los síntomas respiratorios de los
adultos.
Los pequeños ingresaron al nosocomio de
Arequipa por otras patologías, desde fracturas, diarreas, hasta apendicitis y
en el proceso de tratamiento dieron positivo al nuevo coronavirus.
Jaén ensaya una de las posibles
explicaciones: los menores tienen pocos receptores en las células para acoger
al virus. Jaén cita un trabajo de la revista de la Asociación Americana de
Medicina. “Las células que recubren el interior de la nariz de los niños, las
primeras con las que se tropieza el virus, tienen una menor cantidad de
receptores ECA-2, las puertas de entrada del COVID-19 en el organismo, que los
mayores”, sostiene ese trabajo.
Aunque este panorama esta cambiando,
sostiene el coordinador de la Unidad de Cuidados Intensivos del Instituto
Nacional del Niño (INSN) de San Borja, Franklin Mendoza. “Ya no estamos en el
momento en que no eran vulnerables, asintomáticos y desarrollaban síntomas
leves. Ahora llegan con criterios graves incluso para ingreso a UCI”.
Este mes tiene 30 pacientes, el doble de
lo normal entre sospechosos y confirmados. “Eso alarma, no se veía en meses
anteriores. Vemos un aumento. El principal problema en este caso, explica, es
el contagio masivo. Dentro de la flexibilización de la cuarentena, se dispuso,
a inicios de julio, la ampliación a 60 minutos en el paseo diario para menores,
a quienes aún se los ve transitando en parques, playas y hasta mercados. Solo
pasaron tres semanas y EsSalud ya alertaba un incremento del 75% de casos”.
Factor
de transmisión
Los niños no solo sufren con la COVID,
también han adquirido un rol importante en la transmisión de la enfermedad. Un
estudio, publicado el 30 de julio en JAMA Pediatrics, reveló que la carga viral
en el tracto respiratorio (nariz y garganta) de los menores de 5 años con la
enfermedad leve o moderada puede ser de 10 a 100 veces mayor que de los niños
mayores y de adultos. A partir de ello, surge la hipótesis de que serían uno de
los principales, y silenciosos, transmisores del Covid-19 en la población en
general.
“Lo que se plantea es que si tienen el
virus, por más que no se sientan mal, hablen o canten, hay mayor probabilidad
que contagien más porque tiene más carga viral. En el adulto, la cantidad de
virus está asociado a la infección más severa”, explica la médica pediatra y
directora del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Cayetano
Heredia, Theresa Ochoa.
Por eso, cuando el virus llega a casa o
está en la calle, el riesgo no solo está en la vulnerabilidad del niño, que por
su comportamiento social no maneja el distanciamiento o el contacto con su
rostro, sino en el resto de amigos o familiares, incluidos los adultos mayores.
En el Perú, una de las pocas
publicaciones científicas sobre niños con COVID-19 refiere, en base a la
revisión de casos del INSN San Borja durante los tres primeros meses de
pandemia, que de 33 pacientes, 19 habían sido hospitalizados y el resto lo
manejó de manera ambulatoria. Un niño falleció, pero se encontraba en estado
terminal por un tumor. En la mayoría de casos, los síntomas eran leves.
“La diferencia con los adultos es la
gravedad de los síntomas. La frecuencia de neumonía es baja, aunque en
adolescentes sí se ve. Muchos niños son asintomáticos o hacen resfrío común”,
explica la neumóloga pediatra del INSN, Patricia Llaque.
Síndrome
de kawasaki
La también experta en epidemiología
alerta sobre la existencia del Síndrome inflamatorio multisistémico, conocido
por algunos como Kawasaki-like. Este se ha presentado en niños con COVID y que
no tenían otras enfermedades. Este mal puede causar la inflamación en dos o más
órganos, como el corazón y pulmones. Generalmente requiere hospitalización.
Ahora tenemos niños, previamente sanos, que se infectaron por COVID y por
mecanismos aún desconocidos desarrollan el Kawasaki-like y los predispone a una
falla cardiaca adquirida”, agrega Franklin Mendoza, del INSN San Borja, quien
cada dos semanas recibe un nuevo caso de este tipo.
A la fecha, ya han atendido a 15 menores
que retornaron semanas después de “superar” el COVID-19. Sus síntomas fueron,
sobre todo, digestivos: fiebre, náuseas, dolor abdominal. “Son pacientes con
criterios de UCI, por lo que activamos un protocolo multidisciplinario”,
refiere.
Incluso, la Sociedad Latinoamericana de
Infectología Pediátrica (Slipe) acaba de advertir que, pese a que la afectación
a los niños es menor, el aumento de casos de dicho síndrome asociado a COVID-19
hace suponer que “no es una infección tan inocua como al inicio se suponía”.
El riesgo, entonces, es múltiple. En
caso de que un niño infectado por COVID-19 sea asintomático, él igual podría
contagiar a un adulto mayor, a menores que luego desarrollen el Síndrome
inflamatorio multisistémico, o a otros con comorbilidades, los que sí llegarían
a un hospital y hasta podrían perder la vida.
Según Mendoza Torres, en base a un
estudio de The Lancet Pediatrics, de junio pasado, de cada cuatro niños, uno o
dos pueden ser asintomáticos, otro tendría síntomas de manejo ambulatorio y uno
comorbilidades. “Y de este último grupo, la mitad llega a UCI. Es muy alto”.
Y eso se ve en los mismos pasillos del
hospital del Niño de San Borja, que ha recibido a 118 casos positivos y 40
ingresos a UCI. De los últimos, la edad promedio de los pacientes era entre 2 y
8 años; muchos de ellos con cardiopatías, enfermedades neurológicas, cirugías
complejas o con cáncer. Lo alentador es que la tasa de recuperación es de 90%,
aunque para eso deban pasar semanas con ventilación mecánica y lejos de sus
padres
Muertes
en niños
Aunque el número de muertes en menores
no es alta, en Arequipa, hubo casos donde había comorbilidad.
Uno corresponde a una menor de La Joya
que ingresó al hospital Goyeneche por una aparente intoxicación por ingerir una
fruta contaminada. A la menor se le tomaron tres pruebas rápidas. En todas
salió negativo. Se le tomó una molecular debido al empeoramiento de su salud.
Arrojó positivo. Falleció, además del virus, porque la intoxicación afectó a
los pulmones.
Los otros dos casos de fallecidos
corresponden a una menor de 14 años con parálisis cerebral. Por esta condición
no desarrolló y su cuerpo correspondía a la de una niña de un año, su
alimentación era por sonda y no podía deglutir.
Fuente: LaRepublica.Pe
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